“Cádiz, rinconcito hermoso entre el mar y la salina…”.
Así comienzo el poema de Antonio Pardal sobre la ciudad de
Cádiz. ¿Por qué elegir este comienzo?. Porque en la Tacita de Plata estuvimos
para hacer la postboda de Paqui y Juan, y entre su brisa y su atardecer pudimos
disfrutar de su puesta de sol; y entre sus calles y su mar realizamos nuestras imágenes
de dos personas entregadas el uno al otro reflejando sentimientos, sin importar
la presencia de nuestras cámaras y mucho menos la de los viandantes que al
grito de ¡¡Viva los novios!! hicieron que las sonrisas de todos aparecieran en
nuestros rostros.
La tarde comenzó con una ligera brisa de mar y un sol que hacía
presagiar una maravillosa tarde de fotografías.
Paqui y Juan han sido unos grandes “modelos”, pareciendo que el estar
delante de las cámaras fuese algo diario para ellos, dejándose llevar desde el
principio hasta el final, haciendo que nuestro trabajo no fuera tal y que solo
apretar el disparador haya sido un placer.
Y como final la puesta de sol en la caleta, naranja dorado
pasando por el rojizo hasta llegar al negro de la noche iluminado por el
amarillo de las farolas… para acompañar las miradas, los besos, las caricias,
los abrazos de una pareja que expreso felicidad por cada rincón de la capital
gaditana.
Paqui y Juan… muchas gracias y esperamos que os guste el
resultado.
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